- La implementación de mejoras en las viviendas permitirán aumentar en 10°C la temperatura en su interior y reducir la contaminación dentro de las casas hasta en 90%.
Miércoles, 25 de octubre de 2017.- Con el objetivo de ayudar a mejorar las condiciones de vida de poblaciones altoandinas afectadas por las bajas temperaturas durante la temporada de friaje, por segundo año consecutivo, CLARO y sus colaboradores se sumaron al proyecto “Casa Caliente Limpia”, una iniciativa impulsada por la Asociación Kusimayo que promueve la implementación de viviendas más calientes y cocinas saludables.
Gracias al aporte voluntario de los trabajadores y el apoyo de la Red de Voluntarios Claro, más de S/ 83,000 fueron entregados a la Asociación Kusimayo para la implementación de 19 casas mejoradas en el distrito de Caminaca, provincia de Azángaro en Puno.
Anthuanette Nomberto, gerente de Comunicación Corporativa de Claro, resaltó el trabajo conjunto realizado con Kusimayo a favor de las poblaciones altoandinas. “Apoyamos nuevamente el proyecto ‘Casa Caliente Limpia’ porque hemos sido testigos de su impacto positivo en la calidad de vida de las personas. Hoy los niños duermen en hogares más calientes y, gracias a las cocinas saludables, sufren menos problemas respiratorios”.
Asimismo, la ejecutiva de Claro destacó la participación activa de los colaboradores en el desarrollo de las iniciativas de responsabilidad social de la empresa. “Los voluntarios de Claro compartieron un día de escuela junto a los niños beneficiados, realizando dinámicas y charlas educativas. Su tiempo y atención es lo más valioso que pueden entregarles”.
Como se recuerda, el proyecto “Casa Caliente Limpia” de la Asociación Kusimayo busca mejorar las condiciones de las viviendas en las zonas altoandinas del Perú, para lo cual emplea tecnología desarrollada por la PUCP que permite generar y mantener el calor en el interior de las casas. Además, con la construcción de cocinas saludables, el proyecto consigue reducir hasta en un 90% la contaminación al interior de las viviendas, disminuyendo la posibilidad de que los pobladores padezcan enfermedades respiratorias ocasionadas por la inhalación del humo de cocinas tradicionales, que equivale al consumo de 20 cajetillas de cigarro al día.
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